La libertad no es tal -mero panfleto revolucionario donde la democracia mete su cola sucia- pues las más autenticas alas son las que sólo sobrevuelan en la recámara y, con ella, con nuestra mujer, somos libres. ¿O de qué le sirve a un hombre tumbar la torre Eiffel en caso de tener dinero si no contempla esa caída catastrófica a lado de su amada?
No lo escribi yo, encuentro notable la mezcla del instito por destruir que llevo dentro con el amor y la importancia de ella, la importancia de tenerte a ti junto a mi ...