La semana pasada conocí al ultimo de mis primos, el mas pequeño, 5 años un regalón, travieso por excelencia pero moderadamente. No tengo mucho contacto con niños ahora, pero que rico es verlos reír, conocerlos y disfrutar de su pequeña inocencia.
Nos hicimos muy amigos y lo invite a venir a santiago por una semana, sin dudarlo guardo sus dinosaurios, un par de pistolas y estaba listo para viajar. Obvio no contaba con que no le darían permiso y era imposible que venga. Me sorprendió la confianza que llego a tener, soy un perfecto extraño para el. Cuando no le dieron permiso, se enojo, lloro, sufrió, como si el mundo terminara con mi partida, finalmente se quedo tranquilo cuando se entero que podía viajar al siguente domingo con Remi (un perro callejero que visita la casa), otra lección mas para mi.
No hablemos de valorar las cosas, un puñado de monedas casi sin valor son un verdadero tesoro, sirven para todo viajar, comprar comida, comprar mas dinosaurios, el ser feliz con las cosas realmente simples de la vida es la mayor de la virtudes que puede tener un niño. Un hamster puede ser cualquier cosa, desde Buzzlightyear, hasta el presidente del universo. Impresionante, el mundo definitivamente seria mejor si todos fuéramos como cuando teníamos 5 años.